 Con la participación de niñas, niños y adolescentes se sembraron hortalizas,
diversidad de plantas y árboles frutales desde antes del inicio de la contingencia
sanitaria. 
 Actualmente debido a la contingencia, el cuidado del huerto y el llamado bosque
lo realiza personal del Centro.

Como parte de las actividades para promover el desarrollo de niñas, niños y adolescentes,
así como para incentivar su interés por la autoproducción de alimentos, el Centro Crecer
para la Vida ubicado en la colonia Rivas Guillén, del Sistema Estatal para el Desarrollo
Integral de la Familia (DIF), desarrolló con muy buenos resultados un huerto comunitario y
la siembra de árboles frutales, que actualmente debido a la contingencia sanitaria por
Covid-19, su cuidado corre a cargo del personal de la dependencia para mantener
cosechas y recolectar hortalizas. 
 
La idea del proyecto surgió para utilizar de manera óptima los espacios del Centro, así
como para acercar a las y los participantes a la naturaleza y a la realización de actividades
al aire libre, que se sabe contribuyen al desarrollo en diversos ámbitos de la vida, tales
como, aprender a estar en calma, comportarse más tranquilamente, motivar la
creatividad y el pensamiento crítico. Al involucrarse en actividades de siembra y cuidado
de plantas también se ha despertado el interés de cuidar el medio ambiente. 
 
Previo a que se iniciara la siembra, se trabajó con las y los asistentes al Centro para
conocer si estarían interesados en participar en este tipo de actividades y debido a que en
su gran mayoría demostraron motivación para colaborar, se realizaron sesiones grupales
de sensibilización para hablar de los beneficios de la siembra de hortalizas, plantas y
árboles frutales.  
 
En estas sesiones se les explicó que la siembra contribuye a una mejor alimentación,
permite tener productos orgánicos, se mejora el medio ambiente e incluso es posible
tener algún ingreso adicional, mediante la venta de las hortalizas o frutas que no se
consuman en el hogar. En este mismo sentido, estas actividades permitieron fomentar
conductas pro sociales, como el trabajo en equipo, la comunicación, la escucha activa, los
valores del respeto, cooperación y empatía. 
En el huerto la primera plantación fue de rábanos, lechugas y acelgas, ya que son de
rápido crecimiento y permitieron obtener resultados a corto plazo, para mantener la
motivación de niñas, niños y adolescentes. Posteriormente se sembraron hortaliza de

períodos largos de cultivo como: pepino, sandía, calabaza, maíz, jitomate, zanahoria,
betabel y cilantro.  
Asimismo, en el huerto comunitario se sembraron algunas plantas medicinales como
hierbabuena, menta, tomillo, romero, romero nuez, citronela, lavanda, albahaca y salvia.
También, se sembró caléndula que es una planta ornamental.   
En cuanto al llamado bosque se sembraron 70 árboles de diferentes variedades frutales
como la granada, cerezo, guayabo, limón, entre otros. En este caso, se pidió a cada
participante que eligiera un árbol y realizará un dibujo con el título “Mi árbol y yo”.  
 
Niñas, niños y adolescentes participaban tanto en la siembra, riego, cuidado y fertilización
del huerto y el bosque, sin embargo, desde que inicio la contingencia por el Covid-19, el
personal del Centro colabora con estas actividades, para mantener las cosechas y
recolectar las hortalizas. Asimismo, cabe destacar que la producción del huerto se ha
entregado a familias de las y los participantes durante este período de confinamiento.

Pin It on Pinterest